miércoles, 26 de diciembre de 2007

Luciana Souza

Luciana Souza sings Pablo Neruda


domingo, 23 de diciembre de 2007

¡Muchas Felicidades!










Que en esta Fiesta de Navidad renazca una nueva esperanza y te conceda paz y la armonía a tu hogar. Y para el nuevo Año que comienza deseo te regale bendiciones de salud, prosperidad y felicidad en abundancia.






¡Muchas Felicidades!







jueves, 13 de diciembre de 2007

Por hoy nada de frases delicadas...



Busco un espacio para contar
los malos poemas
decir que esos versos son robados
cargados de sensiblería
de la peor clase.
Donde pueda criticar de formas duras y
destempladas
cada palabra
cada punto,
cada silaba.

Basta por hoy de complacencia
no quiero más:
frases delicadas,
falsos halagos,
elogios a un verso.

Deseo un enfrentamiento
que destruyas mis versos
con un rayo de alegría
.

sábado, 8 de diciembre de 2007

Poesías de Hermann Hesse

















Noche de Soledad


Vosotros, los que sois hermanos míos,
pobres hombres cercanos y distantes,
los que en la alta región de las estrellas
un consuelo soñais a vuestros males;
vosotros, los que mudos a la noche
débilmente estrellada, alzáis unidas
vuestras delgadas manos dolorosas
y sufrís y veláis en vuestra vida,
pobre grey vagabunda; navegantes
sin estrella y sin suerte por el mundo,
extraños, y, no obstante, a mi alma unidos,
devolvedme, afectuosos, el saludo.




El Juego de los Abalorios


Estamos dispuestos para escuchar con respeto
la música del universo y la música del Maestro
y para evocar en pura solemnidad
los venerados espíritus de los tiempos de gracia.
Encumbrémonos en alas del misterio
que encierran las mágicas fórmulas y leyendas:
dentro de ellas se plasman en clara alegoría
lo ilimitado, lo proceloso, la vida:
suenan como constelaciones cristalinas;
a su servicio cobra sentido nuestra vida,
pues nadie que proceda de su círculo
puede moverse sino hacia su sagrado centro.

lunes, 3 de diciembre de 2007

De desesperanza y sueños rotos ...

En una cálida mañana de febrero de 2005.

Para ti:

Soñador que una mañana de invierno descubriste la magia de la vida, cuando todo a tú alrededor se detuvo al caer la primera gota de lluvia en tu mejilla, te escribo para prolongar la existencia del viento norte que nos trae la dicha de la armonía.

Mi corazón habla y te llama, diciendo que por favor lo escuches, pido unos minutos, sólo un par de minutos, aunque con la luz del amanecer y el beneplácito de una existencia serena, éstos se pueden transformar en horas y tal vez si eres capaz de penetrar en la mágica vibración de las campanas, aquellos minutos queden guardados por el resto de la existencia.

Mi corazón – te asombra que yo hable de mi corazón, ¿verdad? –, mi corazón estaba a punto de partirse en pedazos. A mis labios acudieron unas palabras trémulas…”(1)

“De desesperanza
y sueños rotos en cada luna.
Tu tan bella y triste
como de costumbre,
llamabas a mi puerta
para susurrarme al oído
tu nuevo amor y mi nueva agonía,
la cual yo sólo compartía con el silencio.
Invoque a dioses,
ángeles y otros seres de luz
que me diera tu corazón,
tu sexo
y tu risa,
pero mis oraciones
son diluidas por el sol
y su envidia”.


Me despido y agradezco la complicidad de oír estos sonidos, ella late en cada espacio de esperanza, gozo y amor. Te deseo que toda la bondad del mundo llegue a tu hogar y la bendición suprema traducida en la misericordia divina penetre y se quede para siempre en vuestra vida.


(1) Extracto de Nudo de Víboras, Francois Mauriac.